La única manera de que tu empresa se convierta en una organización flexible y acostumbrada al cambio es entrenando. Ningún libro, tratado o formación teórica te hará más innovador. Serán la práctica, el error y el aprendizaje del mismo los que te ayudarán a conseguirlo. La regla nemotécnica para recordar las cualidades que necesitan nuestras naves para circular por esta galaxia volátil, incierta, compleja y ambigua (VUCA por sus siglas en inglés), es la siguiente: Las naves que ganarán la carrera de fondo son “AFABLES”: Agiles, Flexibles, Abiertas y rentaBLES.
Los gobiernos suelen fomentar la investigación, el desarrollo y la introducción de las últimas tecnologías como vías “únicas” de innovación. El Global Innovation Survey de Booz&Company demuestra año tras año que las empresas innovadoras obtienen mayores beneficios que las que más invierten en I+D. Por tanto, los recursos económicos y la tecnología, no garantizan por sí mismos una mayor facturación. Es necesario algo más…
El tamaño importa, y las organizaciones pequeñas son más ágiles porque tienen más capacidad para acelerar, reaccionar y comunicar, además de mucha menor burocracia y menos luchas de poder entre compartimentos estancos. Por otra parte, toda gran compañía empezó siendo pequeña.
Para tener éxito innovando hay que saber aprender de los errores y convertirlos en nuevas capacidades como hizo Fleming descubriendo la penicilina. Se aprende mucho más en la búsqueda de causas que en la de “culpables”. Los que superan la subjetividad y la opinión para buscar las causas, para iterar con los clientes y para aportarles lo que realmente necesitan, son quienes obtienen mejores resultados. La tasa de fracaso en el lanzamiento de nuevos productos está en el 80%.
Como ya ha demostrado el IESE en un estudio que ha realizado a lo largo de 18 años con 3.400 pymes y 1.200 grandes empresas españolas que han innovado en sus procesos o creado nuevos productos y servicios, las que innovan con frecuencia, obtienen un mayor margen que las demás.
Ser muy distinto a costa de ser muy poco demandado, muy poco “usable” o poco flexible para adaptar la idea original, no permite generar una trayectoria de buenos resultados.
La mayor innovación se da en la conexión de ideas aparentemente inconexas y puesto que en esta época de innovación abierta las alianzas están al orden del día, ¡no necesitamos hacerlo solos! Hay muchas naves y personas en la galaxia con las que podemos colaborar para innovar mejor y para llegar a viajar en vuelos de más largo alcance.
¿Se sabe en la empresa que hay un compromiso real con la innovación para potenciar un mejor futuro, o es algo que a veces se tiene en cuenta? ¿Se predica con el ejemplo? ¿Se dedican recursos a formar y se dispone de tiempo para innovar? ¿Se reconoce a quienes lo intentan y a quienes lo consiguen? ¿Estáis todos “cortados por el mismo patrón” o sois diferentes y tenéis capacidades que se complementan? ¿Proponéis o esperáis instrucciones?
Es el impacto en nuestros clientes, en el trabajo, en la cuenta de resultados y en nuestra calidad de vida lo que debería prevalecer si queremos que nuestras empresas sobrevivan y crezcan. Eso sí, como anuncia Local Motors, una de las compañías más disruptivas de esta década: “No podemos cambiar el mundo ignorándolo”: vigilemos y estemos al día de lo que se mueve.
La empresa familiar española se caracteriza por la vocación de permanencia, la estabilidad y la prudencia. Un estudio de KPMG pone de manifiesto los elementos culturales diferenciadores de este tipo de compañías frente al resto.
La innovación puede darse en distintos ámbitos de la actividad empresarial y no sólo en la generación de nuevos productos o servicios: nuevos procesos, nuevas redes de aliados, nuevos canales de venta, nuevas experiencias de clientes y nuevos modelos de negocio para generar ingresos de diferentes formas son algunos de ellos. De hecho, la acumulación de valor a largo plazo procede en mayor medida de la innovación en otros aspectos, como se deduce del trabajo de Monitor-Doblin tras analizar la innovación de diferentes empresas a lo largo de 10 años.
Para hacer el camino que conduce a la innovación como hábito y no como “incidencia”, lo ideal es que la nave funcione y se reprograme con 3 parámetros básicos:
- Estar conectada con lo que ocurre en la Galaxia (entorno): apertura, conexión y colaboración con el contexto.
- Organizar la Nave (empresa) de forma que el cambio y la innovación le sean naturales y den frutos. Agilidad y flexibilidad para aprender y para obtener rentabilidad.
- Que la Tripulación (personas) que trabaja en ella sepa, pueda y quiera innovar. Tripulación activa, abierta, flexible y ágil.
Es la única forma de ser “empleables”, por cuenta ajena o por cuenta propia con las capacidades adecuadas y de ser deseables por nuestros clientes. Por fortuna, las naves de Internet hacen que el conocimiento, la colaboración y la información sobre los cambios sean accesibles desde casi cualquier lugar del mundo con un simple teléfono móvil. Nos pasa lo mismo con la innovación. Ya no es una optativa si deseamos crecer o simplemente sobrevivir. Es el GPS para navegar siendo abiertos, flexibles y ágiles.
Las empresas innovadoras “mantienen mejor el empleo en situación de crisis, crean empleo más estable, el nivel medio de capacitación de su plantilla aumenta más rápidamente y ven incrementados sus márgenes, su productividad y sus ventas por encima de la media” (La importancia de la innovación en la creación y mantenimiento del empleo. Institución Futuro. Diciembre 2013)
¿Vivís inmersos en los “incendios” del día a día o invertís tiempo en conocer cómo evolucionan los mercados, los clientes y las empresas que hacen las cosas de otra manera? ¿Usáis redes sociales y asistís a foros para conocer e intercambiar, u os parecen una distracción o pérdida de tiempo? ¿Tenéis en cuenta las tendencias y cambios a la hora de detectar oportunidades y amenazas, o estáis en el mes a mes? ¿Contactáis con expertos y centros de conocimiento u “os lo guisáis y coméis” vosotros mismos?
¿Vuestra empresa tiene un plan de futuro que va hacia algún sitio deseado? ¿Se sabe cómo se espera que se hagan las cosas? ¿Qué pasa cuando surgen ideas? ¿El papeleo y la forma de trabajar os impiden enfocar en los clientes en lugar de en los expedientes? ¿El contenido de los puestos de trabajo está muy definido, o se pueden hacer otras cosas sin que nadie se sienta molesto? ¿Tenéis las tecnologías adecuadas para simplificaros la vida? ¿Trabajáis por funciones o por proyectos? ¿Tenéis objetivos y retos o medís por horas de trabajo? ¿Sois de los de “probemos” o de los de “siempre se ha hecho así”? ¿Conocéis el valor que aportáis o eso es algo para los teóricos?
Siglo XXI. La Tierra. Algunas pinceladas de lo que está sucediendo ahora mismo y que habrá evolucionado en tan sólo unos días después de escribirlo…
Aunque nuestro día a día nos absorbe, la realidad evoluciona a velocidades siderales y los desarrollos tecnológicos ya están aquí: la economía conectada está hoy plagada de nuevas tecnologías y nuevas aplicaciones, las Fábricas inteligentes ya son un término común en el discurso industrial…